El edificio sobre el que se interviene fue proyectado en 1959 y construido en continuidad con el resto de edificaciones de la manzana para acoger la fábrica, oficinas y laboratorio de la empresa de helados Frigo. Se trata de una nave de planta baja y dos pisos sostenida por un sistema de pórticos de hormigón que determinan nueve crujías casi idénticas. Los pórticos, que se respaldan en las líneas de fachada y en dos pilares intermedios, soportan un sistema de vigas pequeñas de hormigón y forjados construidas con losas macizas. La planta baja, nivelada con la cota del terreno natural del interior de la manzana, está semienterrada respecto al nivel de la calle.
La fachada que da a la calle es de obra cerámica, con un sistema compositivo bastante habitual en edificios industriales del periodo de los años 50, que organiza una sucesión de aberturas de verticalidad acusada unificadas mediante un enmarcamiento de piedra artificial que en la parte superior tiene más vuelo y proporciona al edificio una notable horizontalidad. La fachada de la nave en el interior de la manzana es irreconocible, ya que ha sido objeto de modificaciones estructurales y volumétricas prácticamente desde la construcción inicial de los edificios, con el objetivo de dar espacio a sucesivas ampliaciones de la fábrica.
El proyecto de reforma integral que se redacta se fundamenta en las determinaciones del Plan Especial de Protección del Patrimonio Industrial del Poblenou, que prescribe la conservación de la estructura espacial y resistente del edificio —fundamentalmente la preservación y la visibilización de los pórticos y los techos de hormigón—, así como en la rehabilitación de la fachada de la calle Perú.
Para ajustar la profundidad edificable al programa residencial que se propone, e incrementar así el desarrollo de fachada disponible, el proyecto propone el vaciado del cuerpo central para obtener un patio, ocupado parcialmente por tres núcleos de escalera y ascensor. De este modo, se obtienen dos cuerpos de 8,60 metros de profundidad a ambos lados del patio con fachadas a la calle y al interior de la manzana, respectivamente. En cada uno de estos cuerpos se distribuyen cinco viviendas en planta primera y segunda. Teniendo en cuenta que la planta baja, en la cota de la antigua urbanización interior de la manzana, está semienterrada respecto a la rasante de la calle, el cuerpo alineado a la calle se destina a dotaciones comunitarias: gimnasio, saunas, espacios de relajación y de estancia, y lavandería comunitaria.
La vivienda tipo ocupa dos crujías, si bien las divisorias no se hacen coincidir con los pórticos de hormigón, sino que se sitúan en el punto medio de las crujías. De este modo, se pretende que los pórticos adquieran protagonismo en la estructura espacial de la vivienda. Se propone un núcleo central que concentra los baños, el frente de cocina y los armarios de los dormitorios, de altura inferior al forjado superior de la vivienda. Esta caja central define un espacio principal utilizable como estancia, y dos espacios más reducidos utilizables como dormitorios independientes. Parte de esta caja central sube hasta el techo, tanto para facilitar el tendido de las instalaciones como para contener los equipos interiores de climatización aerotérmica.