El proyecto devuelve la Casa Consistorial a su antiguo emplazamiento, la plaza de L’Església, en la cima de una colina. Desde la carretera, en una cota más baja, una escalinata exterior conduce al semisótano, hasta hace poco la cárcel local.
La idea básica del proyecto es dar continuidad a esta escalera enlazándola con un tramo lineal de escalera interior que llegue al vestíbulo del nuevo ayuntamiento, en el mismo nivel que la plaza de la Església. De este modo, se consigue un recorrido público entre la carretera y la plaza, que incorpora el vestíbulo del Ayuntamiento y refuerza su carácter de espacio urbano. Un segundo tramo de escaleras lineal e interior, más ligera, facilita el acceso a las oficinas municipales, situadas en la planta piso.
Interiormente, el edificio se organiza a partir del espacio único que acoge la escalera, apoyada sobre la medianera del fondo de la parcela. Exteriormente, es un volumen simple, aristado, con un revestimiento cuidado de piedra artificial y una cubierta inclinada de teja. En la fachada principal se componen el cancel de entrada, el balcón y una ventana de ángulo que modula el tratamiento de la arista más presente del edificio.
Teniendo en cuenta que el programa del edificio es flexible, se propone un volumen susceptible de acoger varios usos y capaz de adaptarse, con el paso del tiempo, a las nuevas necesidades de este pequeño núcleo de población.