El planeamiento inicial para el proyecto del nuevo ayuntamiento de Castellcir era la reutilización y ampliación de un edificio compartido con la escuela local, mal emplazado y en un estado de conservación precario. La alternativa de construir un edificio público nuevo en un punto más central ofrecía una ocasión excelente para recalificar la estructura urbana del núcleo de Castellcir.
Propusimos al Ayuntamiento la adquisición de la casa denominada Cal Carreter, deshabitada y en estado próximo a la ruina. El edificio, con el frente principal en la calle Major, tenía una fachada ciega sobre la plaza de la Era y un cerramiento posterior desfigurado con varias adherencias y cobertizos a la plaza de la Església. La ubicación de un nuevo edificio público a caballo de los dos espacios abiertos más significativos del pueblo era una ocasión única para reconfigurar el área y ponerla en valor.
El edificio proyectado establece una nueva relación entre las dos plazas, de planta irregular, y redefine su articulación a través del trazado. La reurbanización de la plaza de la Era completaría la regeneración de este sector del casco histórico de Castellcir.
El cuerpo principal del nuevo edificio es un volumen prismático de planta cuadrada de doce metros de lado con dos pisos y una cubierta a cuatro aguas, que se encaja, siguiendo la bisectriz de la plaza de la Era, dentro del precinto que delimitan los cerramientos del edificio viejo que se conservan, y abre vistas sobre el campanario de la iglesia desde la calle Major.
El juego de tensiones espaciales que genera la contraposición entre la geometría de las fachadas que se conservan y el nuevo cuerpo principal —entre la parte vieja y la parte nueva— constituye el argumento principal del edificio que se proyecta. Los espacios intersticiales entre el antiguo cerramiento y el nuevo volumen, incorporados al espacio interior, acogen la escalera y el segmento a doble altura de la sala de sesiones. Además, el balcón, simbólicamente vinculado a la oficina del alcalde, o el cancel de entrada contraponen sus geometrías a las de los sistemas con los que están relacionados.