El proyecto de este edificio de viviendas responde a las previsiones del Plan de Mejora Urbana, redactado por MSA+A, que desencalló la regeneración urbana de este sector de ciudad, iniciada hace más de una década.
El planeamiento aprobado proyecta la transformación de una manzana vacía, ocupada hasta hace unos años por naves industriales obsoletas, en medio del barrio de Gràcia, de fuerte vocación residencial. Se construirán 107 viviendas —un 30 % de las cuales, vivienda social—, locales comerciales y un equipamiento educativo público.
La manzana, con frente al ensanchamiento de la antigua carretera de Barcelona, que configura la plaza del Mestre, tiene una superficie de 7.179 m2 y una edificabilidad asignada por el planeamiento general de 10.769 m² de techo, que corresponde a una intensidad edificatoria teórica de 1,50 m2st/m2s. La cesión de más de media manzana —3.820 m2 de suelo— para construir un centro educativo, y de 233 m² destinados al ensanchamiento de la calle Girona, reduce el solar, en el que se tiene que concentrar el techo residencial en 3.126 m², e incrementar la intensidad hasta 3,45 m2st/m2s.
El plan redactado concreta los parámetros reguladores de los edificios que se prevén, necesariamente más altos que la media del sector, a partir de la consideración tanto de su influencia en el asoleo de las viviendas cercanas, como el respeto a las distancias entre edificaciones que prevé el planeamiento general.
Las decisiones iniciales de la ordenación que se propone parten de dos condicionantes previos: la forma y la orientación de la parcela resultante, y las diferentes escalas del tejido urbano en el que se inserta. El primero, la forma, porque sugiere la ordenación perimetral de la manzana ajustada a la alineación de la calle Bruc, que se pliega en dos frentes de distinto carácter urbano y orientación. La segunda, la escala, porque se tiene que resolver el frente a un espacio público de una cierta amplitud —la plaza del Mestre—, y, al mismo tiempo, ajustar el volumen que se proyecta en el tejido urbano heterogéneo que lo rodea.
De estos dos condicionantes contextuales deriva un esquema compositivo basado en el respecto a la alineación a las calles perimetrales. Se propone una banda edificada en U de altura variable, que configura una manzana de edificación cerrada semicontínua.
El desencaje producido por los retranqueos parciales de la edificación y el juego de alturas variables que se proyectan responden tanto a la voluntad de incrementar las distancias entre los nuevos volúmenes propuestos y los edificios próximos —para garantizar sus condiciones de asoleo—, como a la intención de fragmentar el volumen resultante en piezas asimilables a la dimensión de las parcelas cercanas.
El espacio interior de la semimanzana que se genera constituye un jardín privado a través del que se accede a las viviendas. Una piscina y una zona de juegos infantiles complementarán los servicios comunitarios del conjunto residencial.
El planeamiento propone pacificar el tramo de la calle Bruc entre las calles Tetuan y Lepant, e incorporarlo a la plaza del Mestre, que se reurbaniza.