El proyecto, situado en el distrito tecnológico 22@ del Eixample Cerdà de Barcelona, desarrolla la primera manzana energéticamente autosuficiente de la ciudad. Este objetivo de autosuficiencia determina la propia concepción de la distribución de los volúmenes, concretada a través del planeamiento urbanístico específico.
La optimización de los consumos de energía y la autogeneración mediante múltiples sistemas de producción renovable, que cubrirán una parte significativa de la demanda energética, permite configurar un conjunto de edificios con un balance energético casi nulo.
A partir de la disposición óptima y del dimensionado de los volúmenes edificados, se diseñan cuidadosamente los elementos más significativos del proyecto, que hacen posible conseguir el objetivo de autosuficiencia energética que se pretende: la fachada y la cubierta fotovoltaica.
La fachada se resuelve con doble piel y está equipada con un sistema de lamas regulables para el control pasivo de la radiación y la transmitancia térmicas. La cubierta fotovoltaica se compone de un conjunto de 5.300 m2 de placas que se distribuyen entre las pérgolas situadas sobre las cubiertas ajardinadas y las cornisas de fachada que en cada piso son, a la vez, elementos de protección y de captación solar.
El conjunto se compone de varios edificios destinados a oficinas, vivienda social y equipamientos técnicos, con un total de 55.000 m2 de techo. Se conserva y se rehabilita una de las naves de la antigua fábrica que ocupaba el solar, reutilizada para usos públicos.
El proyecto ha sido posible en el marco de un acuerdo entre el Ayuntamiento de Barcelona y los propietarios privados del suelo, y se ha redactado en colaboración con la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona.