El proyecto, que desarrolla un conjunto de 33 viviendas, está situado en un solar con fuerte pendiente, bien orientado y con vistas lejanas al mar. A partir de una normativa urbanística que determinaba volumetrías en bloque multifamiliar aislado, se propuso una modificación del planeamiento para hacer posibles edificios de matriz cúbica ajustados cuidadosamente a la topografía del terreno. Así, los tres edificios iguales se escalonan con un desfase de un piso sobre las plataformas que alojan los aparcamientos semienterrados.
Los tres edificios son de planta cuadrada, dividida modularmente en nueve cuadrados idénticos. Cada vivienda ocupa dos de estos cuadrados y el conjunto se organiza disponiendo las viviendas alrededor de la pieza cuadrada central, en la que se concentran escaleras y ascensores.
El sistema de agrupación facilita la generación de oquedades de altura variable en planta baja y planta primera, que configuran los recorridos de acceso a los vestíbulos de cada uno de los edificios, y de vacíos progresivamente crecientes en los pisos superiores, que dan lugar a terrazas practicables de notables dimensiones.
Las fachadas se proyectaron a partir del trazado modular de la planta, con plafones prefabricados de hormigón arquitectónico que resuelven cerramientos verticales, cajas de persiana y revestimientos de pilares. Las dimensiones de los huecos se ajustan a los requerimientos funcionales de cada dependencia, si bien se agrupan en ventanas horizontales de mayor dimensión para obtener una apariencia general ligera y ordenada de las fachadas.
El espacio comunitario se estructura en explanadas de diferentes dimensiones, carácter y función —piscina, juegos infantiles, jardín…—, situadas a distintos niveles y comunicadas por recorridos complejos.